lunes, 1 de febrero de 2010

OMEGA 3: UN COADYUVANTE EN LAS ENFERMEDADES MENTALES


Las personas propensas a sufrir una enfermedad mental podrían evitar la esquizofrenia si ingieren píldoras de aceite de pescado, concluyó un estudio realizado por expertos en Austria.


El documento, que da cuenta de pruebas realizadas a sólo 81 personas, estuvo a cargo de especialistas en salud mental de los jóvenes y se suma a las evidencias de otros estudios que sugieren que los males mentales severos pueden prevenirse si la intervención médica es la correcta.


Por muy simple que parezca, los aceites de pescado encajan en una hipótesis en cuanto a las causas de la esquizofrenia, a decir, la posible diferencia de cómo maneja el cuerpo humano los ácidos grasos.


"Si funciona, (la hipótesis) se convertirá en un enorme avance (médico)", dijo el doctor Jeffrey Liberman, presidente de la división de psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad de Columbia.


Será necesario ampliar las investigaciones para verificar que los resultados son correctos, expresó Liberman, quien no participó en la elaboración del estudio.


Los investigadores han emprendido un estudio mayor a nivel internacional en ocho ciudades con la expectativa de que se repitan sus hallazgos, los cuales fueron difundidos el lunes en la edición de febrero de la revista Archives of General Psychiatry.


La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que afecta a los adolescentes y a los adultos jóvenes. En Estados Unidos, alrededor de 2,4 millones de personas la padecen y reciben medicación contra la psicosis.


Desde la década de 1990, los investigadores se han preguntado si la enfermedad puede ser frenada en su etapa inicial antes de que trastorne la percepción que el paciente tiene de la realidad.


En diversos estudios, los investigadores han efectuado pruebas y administrado medicamentos contra la psicosis a gente joven seleccionada, pero los trastornos a causa de los efectos colaterales desatan planteamientos éticos y los resultados han sido mixtos.


En el nuevo estudio austriaco, los investigadores identificaron a 81 personas, de entre 13 y 25 años, que tenían síntomas de psicosis. Estos incluyen dormir mucho más o mucho menos de lo usual, volverse desconfiado de los demás, la creencia de que alguien implanta ideas en la cabeza de uno o que se tienen poderes mágicos.


La gente joven incluida en el estudio había buscado asistencia profesional y la mayoría fue atendida por psiquiatras en la Universidad Médica de Viena.


Los investigadores eligieron al azar a 41 pacientes y les pidieron que tomaran a diario cuatro píldoras de aceite de pescado durante tres meses.


La dosis diaria de 1.200 miligramos que ingirieron las personas era casi la misma que mucha gente toma para que su corazón reciba los beneficios protectores del aceite de pescado y cuesta menos de 40 centavos de dólar por día.


El resto de los pacientes recibió placebos. Tras una observación de un año, dos de 41 pacientes del grupo que recibió aceite de pescado, el 5% del total, sufrieron psicosis o perdieron contacto completo con la realidad.


En el grupo que recibió los placebos, 11 de 40 desarrollaron psicosis, aproximadamente el 28%.


Nadie sabe qué causa la esquizofrenia, pero una hipótesis afirma que la gente con la enfermedad sufre daño en las neuronas porque no procesa los ácidos grasos correctamente.


Los ácidos grasos Omega-3 contenidos en el aceite de pescado tal vez ayuden a la restauración y estabilización de las neuronas, conjeturan los expertos.

OBESIDAD INFANTIL EN MEXICO


Como si de la noche a la mañana nuestros niños mexicanos hubieran subido de peso, autoridades, legisladores e instituciones de salud declaran su preocupación y firman, junto con el sector privado, el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, con el fin de contener este problema.

Como casi siempre, la reacción es tardía a lo que ya de años atrás se veía venir.

En la mira del culpable están las cooperativas escolares por ofrecer a los pequeños comida chatarra, en lugar de alimentos sanos para su desarrollo escolar.

Tal parece que hasta ahora se dan cuenta que, a pesar de que los representantes de las cooperativas de más de mil 500 escuelas en el Distrito Federal, se comprometieron a acatar los lineamientos de la venta de productos en la cooperativa escolar, la mayoría no ha cumplido.

A pesar de que 24 productos están considerados como alimentos chatarra no adecuados para una buena alimentación, éstos están al alcance de los estudiantes. Y el porqué es muy claro: por ser un buen negocio.

Y es que, ¿qué niño o niña prefiere pedir una ensalada a una apetitosa y llamativa dona, o cómo pueden competir las frutas y verduras contra unos deliciosos molletes o taquitos dorados?

Pero el problema no es sólo de los alimentos que los niños consumen en la escuela. El problema de fondo viene de la educación alimentaria que reciben en sus casas. Y de esto poco se ha dicho y menos se ha hecho.

Basta recordar que desde hace tiempo se consume en muchos hogares mexicanos la comida preparada o enlatada. Así, los productos compiten en demostrar a los consumidores lo fácil y rápido que es tener lista la comida en “un abrir y cerrar de lata”. Si es saludable o no, es lo de menos, lo importante es que no requiere esfuerzo ni tiempo para llevarla a la mesa.

Con el argumento de la falta de tiempo para preparar comida, los padres de familia se alejan de los mercados tradicionales, que poco a poco se extinguen, mientras los supermercados se llenan de más opciones de comida congelada, preparada o enlatada.

Los problemas de salud causados por obesidad son serios, por lo que no estaría mal que además de ponerse estrictos con la reglamentación de la SEP, se castigara a los responsables de las cooperativas escolares; el Poder Legislativo destrabara las iniciativas congeladas sobre el tema; se restringiera la publicidad de productos chatarra, y se impulsara una campaña nacional para promover una adecuada alimentación en la familia mexicana.

Aunque, con tantos intereses de por medio, me temo que la obesidad saldrá ganando.