sábado, 17 de octubre de 2009

TE VERDE VS CANCER DE ESTOMAGO


Un equipo de investigadores estudió el uso del té verde para la prevención del cáncer porque sospechaba que los antioxidantes de la infusión protegerían de la fatal enfermedad, en especial porque incluiría sustancias que atacan a bacterias asociadas con los tumores estomacales.

Pero estudios previos no habían obtenido resultados concluyentes, escribió el equipo en la revista Gut. Para conocer mejor los efectos reales del té verde, el doctor M. Inoue, del Centro Nacional de Oncología en Tokio, y colegas revisaron seis de esos trabajos anteriores.

Juntas, las investigaciones incluyeron a más de 219.000 hombres y mujeres de 40 años y más, a los que se siguió entre siete y más de 11 años. Cuatro de cada cinco participantes dijeron que bebían té verde diariamente; un tercio bebía cinco o más tazas por día.

Durante el seguimiento, unos 2.500 de los casi 100.000 hombres y unas 1.000 de las más de 118.000 mujeres participantes desarrollaron cáncer estomacal.

El equipo no halló entre los hombres una asociación entre el mayor consumo de té y el menor riesgo de cáncer.

El 20 por ciento de reducción del riesgo de cáncer estomacal observado entre las mujeres que bebían cinco tazas o más, frente a una taza o menos de té verde por día, se mantuvo tras tener en cuenta el tabaquismo.

Pero la reducción del riesgo se aplicó a tumores que aparecen en ciertas partes del estómago.

El estudio no prueba una relación causa-efecto, pero sugiere que se necesitarían más estudios para confirmar si beber té verde reduce el riesgo de desarrollar cáncer estomacal o si las mujeres con menor riesgo de padecerlo son las que más té consumen.

QUIENES BEBEN AGUA, COMERIAN MEJOR


A partir de datos de una encuesta nacional de salud a más de 12.000 estadounidenses, los autores hallaron que las personas que bebían más "agua corriente" tendían a comer más fibra y menos azúcar y alimentos ricos en calorías.

Lo opuesto ocurrió en los encuestados que preferían consumir otras bebidas, publicó American Journal of Clinical Nutrition.

Los resultados no demuestran que beber agua garantice que la alimentación sea más saludable, dijo la autora principal, doctora Ashima K. Kant, profesora del Queens College de la City University de Nueva York.

No obstante, dijo la experta a Reuters Health, sí sugieren una conexión y un motivo para alentar a la gente a elegir el agua por sobre otras bebidas.

Los resultados surgen de una encuesta a 12.283 estadounidenses mayores de 20 años que respondieron una encuesta gubernamental sobre salud y nutrición entre 1999 y el 2006.

En promedio, un tercio de los líquidos de la dieta diaria provenía del agua; el 48 por ciento, de otras bebidas y el resto, de los alimentos.

A mayor consumo de agua, mayor ingesta de fibra y menos de azúcar. Quienes tenían ese perfil alimentario también consumían menos alimentos con densidad calórica, que es un indicador general de una dieta más saludable.

La densidad calórica es la cantidad de calorías en un alimento con relación a su peso; las frutas y las verduras, por ejemplo, suelen tener una menor densidad calórica.

Desde el punto de vista "puramente fisiológico", dijo Kant, se pueden satisfacer las necesidades de líquidos con cualquier fuente. Por lo tanto, no es necesario beber agua corriente, pero sería lo más aconsejable, añadió.

En cuanto a qué cantidad de agua debe consumir una persona, no existe una respuesta única, a pesar de la creencia popular de que se necesitan ocho vasos por día.

Como regla general, señaló Kant, los adultos sedentarios se pueden dejar llevar por la sensación de sed para saber cuánto deben beber.